Washington, 28 ene (Prensa Latina) El juicio político contra el presidente estadounidense, Donald Trump, casi seguramente terminará con la absolución del mandatario, pero el camino hacia ese desenlace parece hoy más complicado para los republicanos del Senado.
El pasado 21 de enero, cuando comenzó el proceso contra el jefe de la Casa Blanca en la Cámara Alta, muchas fuentes estimaron que la votación para condenar o exonerar al gobernante podría producirse a finales de esta semana, poco antes de que Trump pronuncie el discurso del Estado de la Unión el 4 de febrero.
Según las reglas aprobadas en ese órgano legislativo, los siete congresistas demócratas designados como gerentes (fiscales) del juicio dispusieron de 24 horas en tres días para explicar los cargos aprobados contra el mandatario, abuso de poder y obstrucción al Congreso, los cuales están relacionados con sus tratos con Ucrania.
Durante miércoles, jueves y viernes de la última semana, los gerentes profundizaron en sus acusaciones de que Trump presionó al país europeo para que abriera dos pesquisas que lo habrían beneficiado en las elecciones presidenciales de noviembre venidero, entre ellas una sobre el exvicemandatario Joe Biden y su hijo Hunter.
Sin embargo, a pesar de la exposición de pruebas que la fuerza azul considera contundentes, el caso presentado por los fiscales no hizo mella en la mayoría republicana de la Cámara Alta, cuyos miembros continúan unidos en torno al presidente.
Después de que los fiscales expusieron su caso, correspondió al equipo legal del jefe de Estado presentar sus alegatos de defensa, los cuales concluirán este martes.
Al igual que sucedió con los argumentos de los demócratas, y dadas las fuertes divisiones partidistas existentes en el juicio contra Trump, es muy poco probable que las declaraciones de los abogados del presidente logren cambiar la postura de los miembros de la formación azul, quienes parecen convencidos de la culpabilidad del mandatario.
En medio de estas posturas opuestas, un tema en particular no ha dejado de provocar controversia: las presiones demócratas para contar con nuevos testigos y documentos en el proceso en el Senado, y la negativa de los republicanos a acceder a eso.
Luego de que concluyan las exposiciones de la defensa, y de que los 100 senadores (quienes tienen la función de jurados) hagan preguntas a las partes, se espera que en los días venideros tenga lugar una votación acerca de si permitir o no testigos.
Hace apenas dos días, parecía difícil que al menos cuatro republicanos votaran junto con los 47 demócratas e independientes para dar paso a que figuras con conocimiento de primera mano sobre los tratos con Ucrania fueran llamadas al juicio.
Pero ese panorama cambió luego de que el domingo el diario The New York Times publicó detalles del contenido de un libro inédito del exasesor de seguridad nacional John Bolton.
Según sostiene el exconsejero en ese texto, en agosto de 2019 Trump le dijo que quería continuar congelando 391 millones de dólares en asistencia militar destinada a Ucrania hasta que los funcionarios de esa nación ayudaran con las investigaciones sobre los demócratas.
Tal caracterización contradice las repetidas afirmaciones del presidente y sus partidarios, quienes han asegurado que Trump nunca manifestó explícitamente que la entrega de la ayuda se hubiera supeditado al lanzamiento de las indagaciones por parte de Kiev.
A raíz del reporte del Times, los senadores republicanos Mitt Romney y Susan Collins se mostraron ayer más inclinados a votar a favor de permitir testigos en el juicio, y su colega independiente Angus King predijo que varios legisladores de la fuerza roja podrían unirse a la azul en este tema.
A decir del Times, las revelaciones sobre el libro de Bolton amenazan con descarrilar las esperanzas republicanas de llevar el juicio a un cierre rápido, pues permitir testigos «prolongaría el proceso y plantearía nuevos peligros para el presidente», criterio también reflejado por medios como The Hill, USA Today y The Washington Post.
Este último indicó anoche que Trump y sus aliados pretenden socavar la credibilidad de Bolton, quien dejó la administración en septiembre, al tiempo que se preparan para luchar contra su capacidad de testificar durante el juicio.
Si bien la Casa Blanca continuó presionando agresivamente el lunes contra admitir nuevos testimonios, algunos ayudantes ahora están convencidos de que perderán esa batalla, añadió el periódico.
Incluso si se permite contar con el recuento de testigos oculares de los hechos, todo parece indicar que Trump será igualmente absuelto, y no hay garantías de que las esperadas declaraciones realmente incriminen más al gobernante.
Pero también podría darse el caso de que las personas que declaren den un sustento más sólido a las acusaciones de los demócratas, si no ante los senadores republicanos fieles a la postura del partido rojo, al menos ante el público que acudirá a las urnas en noviembre.
En el continente europeo:
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